Gral. Alessandro Pirzio
Biroli
1877-1962
Poco después llega al país un nuevo contingente de oficiales italianos, los
mismos que son integrados al Ejército del Ecuador con sus mismos grados,
honores y prerrogativas: general Alessandro Pirzio Biroli, como jefe de la
misión, teniente coronel Cav. Giuseppe Vittorio Ferlosio, teniente coronel Cav.
Amadeo Bracciaferri, sargento mayor Érico Pitassi Manella (artillería),
sargento mayor Alberto Inzani (ingenieros), capitán Umberto Ravazzoni (ingenieros),
capitán Cav. Guidon De Luca (infantería- ametralladoras), teniente Di Vascello
(capitán de buque de guerra), Enmanuele Campagnoli (piloto de hidroaviones),
teniente Antioco Piras (caballería); y, teniente coronel Alberto Trenti
(caballería), como jefe del Estado Mayor de la misión.Todos ellos con sus hojas de
vida en las cuales constaban las participaciones en las guerras de Italia
contra Turquía y Austria, profesorados en las escuelas de especialidades, jefes
de regimiento de telegrafistas, zapadores, pontoneros, ferrocarrileros, jefes
de Estado Mayor, directores de institutos, etc.; es decir, preparados para la
tarea de modernizar la institución militar ecuatoriana.
Se repatrían los restos mortales del prócer de la Independencia, coronel
Carlos Montufar; en su honor, el batallón No 2 de Zapadores pasa a denominarse
“Carlos Montufar”.
A los pocos días de haberse incorporado el jefe de la misión, y en el afán
de iniciar lo antes posible los cursos de ramos técnicos concernientes al
Ejército, se decreta la creación de la Escuela de Oficiales Ingenieros, la
misma que comienza a funcionar el 1 de julio de 1922, con una duración de 18
meses, subdividido en tres periodos de instrucción de seis meses cada uno. Los
programas de estudio son elaborados por la misión militar y aprobados por el
ministerio de Guerra; los instructores son designados por el jefe de la
misión. El número de alumnos es de treinta. Es el inicio de la transformación
de la ingeniería en su parte técnica, hasta culminar en lo que hoy es la
Escuela Politécnica del Ejército.
A fin de que “el personal del Ejército reciba una instrucción sucinta sobre
los últimos perfeccionamientos relativos a la organización y empleo de las
distintas armas en la época actual, además de establecer un afianzamiento y
conocimiento recíproco entre los oficiales ecuatorianos e italianos”, mediante
decreto ejecutivo, se crea un curso de información de artillería, a través de
un sistema de conferencias, a fin de conocer la organización, empleo y tiro de
esta arma; se crea además un curso intensivo para los oficiales de infantería,
con el fin de especializar la táctica del arma y el empleo de las
ametralladoras. La invitación se hace extensiva para todos los oficiales del
Ejército que desearen perfeccionar sus conocimientos; para ello, debían
inscribirse en la subsecretaría de Guerra.Se crean los
cursos de hipología y mariscalía para la caballería, al mando del
teniente Pietro Salvestroni, y de educación física para los oficiales. A
los dos primeros se invita al personal de tropa.
La presencia de la misión militar no pasa desapercibida para la prensa
nacional; bajo el título de “Impresiones Militares”, el diario El Comercio
decía: “Con perfecta regularidad se están llevando a cabo, desde el 10 de julio
último, las conferencias militares sustentadas por los profesores italianos en
cada uno de los cursos intensivos destinados a la especialización de las armas
pesadas, ligera y montada. Además las escuelas para oficiales de Ingeniería y
de Aviación han iniciado también el periodo de sus actividades dentro de un
programa ajustado a los modernos principios de pedagogía, al medio al
cual debe aplicarse, y a los elementos de que se dispone.[ ….].Por ahí se anda
diciendo ya, por unos pocos que apenas llegan a dos, que el material de
artillería transportado por la Misión, para la enseñanza del arma, sin que a
nuestro erario le haya costado un solo centavo, no reúne las condiciones
necesarias para pensar siquiera en su adquisición. ¿Habrase oído semejante
dislate?
La aviación ecuatoriana toma importancia a partir del 15 de julio de ese
año, fecha en la cual se inician los cursos teóricos y prácticos en dicha
escuela, ubicada en la ciudad de Guayaquil, en cumplimiento a los decretos del
5 y 7 de junio. Se nombran 14 alumnos, en los grados de subtenientes y
tenientes. Se incorporan los sargentos mayores Francesco Vece, como consultor y
Vincenzo Carbone como cirujano. Se nombra como comandante del curso al capitán
de corbeta Juan Francisco Anda, y como director técnico al sargento mayor
Vincenzo Lombardi.
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